Hondureños se concentran a 200 metros de Casa Presidencial

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Caracas, 06 Jul. ABN.- El movimiento popular hondureño se encuentra concentrado a 200 metros de la Casa Presidencial y la gente está donando dinero para el sepelio de los cuatro asesinados el día de ayer en la manifestación multitudinaria frente al aeropuerto internacional de Toncontín, Tegucigalpa.

La concentración en la Casa Presidencia es el resultado de una marcha que comenzó en la Universidad Nacional Pedagógica Francisco Morazán y que luego marcharán hacia la Plaza Morazán, reportó el corresponsal de ABN en Tegucigalpa.

Pese a la represión brutal activada por el gobierno de facto, los hondureños seguirán en la calle resistiendo y manifestando en contra de los golpistas, sostuvo este lunes Juan Barahona, integrante de la Vía Campesina de Centroamericana.

En contacto con venezolana de Televisión, Barahona señaló: “Nosotros queremos que los golpistas dejen el poder, que sean expulsados de manera inmediata para que se acabe tanta represión brutal”.

Ratificó que a pesar de las personas fallecidas y heridas el pasado domingo por parte de las fuerzas armadas golpistas, mientras el presidente constitucional, Manuel Zelaya, intentaba ingresar a Honduras, Barahona aseveró que el pueblo no se paralizará ante estas acciones criminales.

Destacó Barahona que no permitir el aterrizaje del avión donde se encontraba Zelaya fue un irrespeto a la Organización de Naciones Unidas (ONU), a la Organización de Estados Americanos (OEA), y a otros presidentes que lo acompañaban.

“Los golpistas no respetan nada. Para nosotros es válida la presencia de cascos azules (fuerzas de la ONU) para que se frene la represión contra el pueblo”, agregó.

Barahona expresó que quienes usurparon el poder en Honduras son unos asesinos, unos golpistas sanguinarios.

El domingo, mientras el avión donde llegaría Zelaya intentaba aterrizar en el aeropuerto de Tegucigalpa, las fuerzas militares y policiales al servicio del gobierno ilegal dispararon contra el pueblo y reprimieron la manifestación pacífica que se encontraba en el lugar con gases lacrimógenos.

Durante esta brutal represión fallecieron cuatro ciudadanos hondureños con tiros en la cabeza y uno es menor de edad (16 años), además de registrarse centenares de heridos.

De este baño de sangre se le responsabiliza a las Fuerzas Armadas y al cardenal Oscar Rodríguez.

Mientras se producía la represión militar al pueblo, que se encontraba en el lugar de manera pacífica y sin armas, el gobierno de facto activó una cadena nacional de radio y televisión, repitiendo información que ya habían difundido, a fin de censurar la represión contra los hondureños.